Imagina que tu marca se convierte en un personaje animado, ¿sería el villano, el héroe o la princesa? Las marcas, como las personas, tienen rasgos que las hacen únicas; identificarlos es crucial para conectar con tu público.
En 1875, en Kesswil, Suiza, nació un hombre que dotó de teorías y conocimiento al mundo: Carl Gustav Jung. Probablemente es la primera vez que lees su nombre, pero sus planteamientos, con seguridad, han estado inmersos en los productos que has consumido a lo largo de tu vida.
Jung mencionó una frase que se convertiría en una de las razones por las que sería recordado: ”De una manera u otra somos partes de una sola mente que todo lo abarca, un único gran hombre”. Con estas palabras, el Médico Psiquiatra y Psicólogo suizo, planteó la existencia de ideas y patrones de conducta universales, que están presentes en toda la humanidad sin importar el sexo, cultura, edad o religión, ya que pertenecen a la psique humana.
Pero, ¿Cómo se relaciona esto con las marcas?
Jung aseguraba que, sin importar la cultura y el contexto, todos los individuos somos propensos a tener el mismo tipo de debilidades, miedos y aspiraciones. Resumió el comportamiento humano en 4 grandes ejes:
- Estabilidad, control y seguridad (Self-Knowledge)
- Pertenencia y confort (Belonging)
- Independencia y exploración (Change)
- Riesgo y dominio (Order)
Este planteamiento se conoce como la Teoría de los Arquetipos: patrones emocionales y de conducta que configuran nuestra manera de procesar sensaciones, imágenes y percepciones. Los arquetipos han sido utilizados en el marketing como una poderosa herramienta para la construcción de marca.
En Good sabemos que para diferenciar a una marca de otra, es indispensable dotarla de personalidad y transmitir mensajes desde y hacia la emoción. La clave de esta estrategia es darle a tu marca rasgos humanos, aquellos que mejor se identifiquen con tu público objetivo y que te permitan captar su atención.
Si aún no sabes cuáles son esos rasgos que identifican a tu marca, aquí te contamos los 12 arquetipos universales y cómo se ven reflejados en el mercado.
El inocente:
Si tu marca fuera este arquetipo, se trataría de un personaje joven, optimista, sincero, descomplicado y un poco ingenuo, cuya única gran preocupación sería ser feliz. Es decir que tu marca podría interpretar a Blancanieves.
Ejemplo: Nintendo
El hombre corriente:
Es el personaje en el que todos pueden confiar. Se caracteriza por ser leal y por siempre buscar formar parte de algo. Es realista y poco pretencioso. Las marcas con este arquetipo resaltan por su ética, su simplicidad y su manera de hacer las cosas. Si tu marca se encuentra aquí, podría interpretar a Ron Weasley en Harry Potter.
Ejemplo: Dove
El explorador:
Un personaje que quiere descubrir el mundo por sí mismo. Es independiente, ama la libertad y no soporta estar encerrado o ser sedentario. Una marca con este arquetipo se caracteriza por transmitir emociones e invitar a sus clientes a vivir nuevas experiencias. Si tu marca es exploradora, podría interpretar a Mulan.
Ejemplo: AirBnB
El sabio:
Una marca con este arquetipo busca la verdad por encima de todo. Quiere transmitir su sabiduría a los demás, son fuentes de información y suelen ser vistas como intelectuales. Son marcas que encarnan a los personajes que suelen tener las mejores frases dentro de una historia, como Gandalf o Yoda.
Ejemplo: TEDx
El héroe:
Es uno de los arquetipos más reconocidos en las historias. Su principal motivación es mostrar lo que es capaz de hacer. Es valiente, fuerte, determinado y confía en sus capacidades. Las marcas-héroe siempre quieren mostrarse como superiores y transmiten la idea de triunfo; podrían interpretar a Batman o Buzz Lightyear.
Ejemplo: Nike
El rebelde:
Actúa según sus propias reglas. No necesita la ayuda de los demás. Es independiente y radical. Estas marcas resaltan por mostrarse como una alternativa disruptiva frente a las opciones tradicionales. Se asemejan a personajes como Jack Sparrow y Katniss Everdeen.
Ejemplo: Harley Davidson
El mago:
Son los personajes que hacen que las cosas ocurran. Se destacan por ser visionarios e inspiradores Motivan a creer en algo especial. Una marca con este arquetipo resalta por hacer que su público se sienta capaz y soñador. Se asemejan a Tinkerbell o Merlín.
Ejemplo: Disney
El amante:
Este personaje es apasionado, genera atracción y se muestra de manera estética. Las marcas basadas en este arquetipo buscan convertirse en objeto de deseo.
Ejemplo: Victoria’s Secret
El bufón:
Es un personaje juguetón, divertido y que disfruta del momento. Las marcas que se encuentran en esta categoría utilizan el humor en sus mensajes, son espontáneos e invitan a la diversión. Podrían interpretar a Dory de Buscando a Nemo.
Ejemplo: Fanta
El cuidador:
Es el personaje de la historia que siente la necesidad de proteger a los demás. Es generoso y con actitudes paternales. Las marcas con este arquetipo buscan cuidar de sus clientes y sus familias. Se convierten en un escudo protector contra los peligros de la vida diaria. Podrían interpretar a Mary Poppins.
Ejemplo: Nestlé
El creador:
Es un personaje que busca dejar huella. Se caracteriza por ser imaginativo y atreverse a probar cosas nuevas. Las marcas creadoras motivan a sus clientes y buscan convertirse en herramientas que les permitan desarrollar su creatividad e imaginación. Podrían interpretar a Ratatouille.
Ejemplo: Apple
El gobernante:
Es el personaje que dicta las reglas y busca tener el control. No suelen ser emocionales y transmiten estabilidad y orden. Una marca gobernante se caracteriza por transmitir la sensación de poder. Podría interpretar a Albus Dumbledore en Harry Potter.
Ejemplo: Mercedes Benz
¿Identificaste la personalidad de tu marca en alguna de estas categorías? Ahora sabes cómo debes enfocar la comunicación con tus públicos de interés para conectar con ellos y transmitir esos rasgos de personalidad que generan cercanía y emoción.